miércoles, 2 de junio de 2010

EL VERDADERO ROSTRO DE PLATON







EL VERDADERO ROSTRO DE PLATON

http://esculturaarbaiza.blogspot.com/

Hasta Aristóteles no hay ningún retrato que se haya hecho en
vivo. Todas las obras son de artistas posteriores, que no le conocieron.
La única referencia a una estatua de Platón hecha en el siglo IV a.C. -pero no
necesariamente en vida del filósofo- es una cita de Favorino en su
"Memorabilia", donde dice que Mitrídates erigió una estatua de Platón en la
Academia e inscribió: "Mitridates el persa, hijo de Orontobates, dedicó a las
Musas una estatua de Platón hecha por Silanión" (Diog. Laerc. lib. 3, 16)
La estatua puede ser datada algún tiempo después de la fundación de la Academia
en 386, y Plinio sitúa la obra de Silanión a partir del 320. Es probable que las
copias mencionadas por escritores posteriores, como la que tenía Cicerón en su
villa de Tusculum, procedan de ese original.
Se ha identificado con seguridad un tipo de retrato de Platón, del que hay al
menos 20 copias, y que imita el estilo que es razonable pensar tuvo el original
de Silanión hecho hacia la mitad del s. IV a.C.
La imagen de Platón que nos ha llegado en las copias de la herma de Silanión
coincide en algunas características específicas de su físico con lo que
escribieron los antiguos. Así su buen aspecto, craneo redondeado, amplia frente,
ojos pequeños y cercanos entre sí, nariz algo aguileña, mentón redondeado y
ligeramente protuberante. Simplicio le describe una nariz fina, la belleza de
los ojos y la anchura de su cuerpo; mientras que Epícteto sólo dice que era
fuerte y con buen aspecto físico. Las arrugas de su frente le dan un carácter
grave, que es a lo que tal vez se refiriese Amfis cuando escribe que Platón
ponía cara seria con sus cejas alzadas, presumiblemente dándose una apariencia
digna. Algunos autores antiguos mencionan que el pecho amplio de Platón le dio
su sobrenombre.
Recientemente, entre los que han intentado penetrar en el severo rostro de
Platón, destaca Gadamer, que al ver su imagen en piedra, en la copia de Berlín,
detectó en el filósofo ateniense una agudeza crítica y cierto escepticismo,
abstracción y distanciamiento casi simulado, especialmente por lo que nos
transmiten su boca y ojos.

De Platón hay dos tipos muy diferentes de retratos:
Uno, el que se dice de Silanión y que está comúnmente aceptado.
Y otro con larga cabellera y barba rizadas. Es el tipo de uno de los bustos
característicos del Museo Capitolino, el que inspiró a Rubens uno de sus dibujos
-en otro copió el de Silanion- y el que hizo que cuando en el siglo XVIII se
descubrió Herculano y su Villa de los Papiros dieran el nombre de Platón al
busto que actualmente se cree representa a Dionisos -cabellera y barba son
orientales, como lo es originalmente Dionisos-.
Cuenta Borges que quisieron hacer un busto a un neoplatonico, y este se negó diciendo que él mismo solo era la sombra de un arquetipo y que no debían hacer la copia de una copia.

Pienso que lo esencial de Platon no era su carne, piel o huesos, que pudieron ser de cualquier modo, sino sus ideas, sus pensamientos, su intima e intransferible experiencia subjetiva de ser él mismo, de ser Platon en primera persona, cosa que no tiene volumen, ni superficie, ni textura o extensión, como si tienen los retratos Platon.
LUIS ARBAIZA

http://esculturaarbaiza.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario